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Política General

Opinión: ¿Y dónde está el piloto (o ministro)?

Muchos sostienen, y no se equivocan, que con los 100.000 dólares que gastó en un recital virtual de Ricardo Arjona, el ministro Lammens podría haber resuelto el problema con la delegación de deportistas argentinos que debían viajar a Guayaquil

Por Martín Benítez*

Esta última semana la política deportiva (o la NO política deportiva) sacudió las redes sociales y las estructuras deportivas. El recorte de la delegación de la Selección Argentina de Atletismo que pasó de contar con 60 deportistas a 19 por parte del ENARD para competir en el 53° Sudamericano de Atletismo en Guayaquil (Ecuador), y luego el comunicado de la Confederación Argentina de Atletismo notificando esto, provocó algo inesperado para una dirigencia deportiva muy alejada de la realidad, tanto del Gobierno Nacional como del Comité Olímpico Argentino.

La bronca de las y los deportistas explotó en las redes y la noticia llegó al influencer Santiago Maratea, quien, sin poder distinguir una antorcha de una garrocha, sin saber que era el ENARD, pero ante la detección de una injusticia, decidió empezar las gestiones y la colecta para resolver lo que la dirigencia no pudo.

Durante las primeras 24 horas, @santimaratea habló con empresas aéreas y consiguió una cotización a dólares 100.000 (60.000 menos que la cotización del ENARD) en un vuelo charteado. El país siguió en las redes sociales cómo el influencer sumaba apoyos y festejaba cada 10.000 dólares conseguidos brindando con un shot de whisky, toda una imagen que dejaba en ridículo al mundo del deporte.

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El joven solidario montó un show en un vivo de Instagram con más de 40 mil personas, donde dijo, entre otras cosas, que se sentía ministro.

Gerardo Werthein

Mientras tanto, las máximas autoridades empezaban a romper el silencio. El ENARD, presidido por el presidente del Comité Olímpico Argentino, Gerardo Werthein, fundamentaba que debido a cuestiones técnicas y a la coyuntura que se vive en función de la pandemia, no podía apoyar a todos esos atletas. A su vez Inés Arrondo, Secretaria de Deportes de la Nación y Vicepresidenta del ENARD, ventilaba públicamente las diferencias con esa decisión, hablando desde un lugar como si estuviera ajena a la problemática y sin entender que es quien tiene la responsabilidad de resolver los problemas del deporte, acusando a Werthein de no apoyar a los y las atletas.

Los cruces no se hicieron esperar a través de notas en todos los diarios. Medallistas olímpicos, como Juan Curuchet y Walter Pérez, emitían contra la Secretaria y ella contra estos en las redes, todo un bochorno mediático, mientras el joven influencer era quien continuaba resolviendo el verdadero problema.

Las acusaciones continuaron mediante una nota del COA repudiando a la Secretaria Inés Arrondo y ella a su vez acusándolos a ellos de querer dañar al gobierno. En el gobierno es sabida la interna que la Secretaria mantiene (al igual que su par en Turismo: Yanina Martínez) con el Ministro de Turismo y Deportes Matías Lammens, quien al momento de iniciarse el conflicto se encontraba en España con una delegación de 40 funcionarios.

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En diálogo con deportistas, nadie podía creer cómo se había llegado a esto, nadie se hacía cargo de apagar el fuego; si bien es común que estas exclusiones sucedan, nunca se hacen públicas las idas y vueltas sobre las mismas.

Al día de hoy nadie pudo parar la discusión y la pregunta que más se empezaron a hacer en la Casa Rosada es, ¿cuál es el rol del Ministro en todo esto? ¿Dejó correr las acusaciones por una interna con la Secretaria? Acaso, ¿no le importa el daño que le hace al gobierno? ¿No le da vergüenza al Ministro, que lo reemplace un influencer tomando whisky? Muchos sostienen, y no se equivocan, que con los 100.000 dólares que gastó en un recital virtual de Ricardo Arjona, se podría haber resuelto este problema.

La única verdad es la realidad dicen los peronistas.

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Y sin duda, es una realidad su falta de autoridad e interés frente a la gestión y cada tema que en ella se plantea. Su desvinculación frente a los problemas del ejecutivo es notoria, cual si fuese un gobierno al que no pertenece.

Está claro que el desarrollo deportivo en sí mismo no le interesa y solo apunta al deporte/negocio, sosteniendo a pesar de la pandemia, por ejemplo, la Copa América y mirando para otro lado todo aquello que no le genere ganancias personales. La pregunta que circula es si realmente el Ministro, es parte del proyecto, o simplemente es un ministro/empresario plenipotenciario que pertenece a otro esquema de gestión.

Está claro que cuando se dejó el estado en manos de empresarios sólo se beneficiaron a unos pocos, y se gestionó en función de los proyectos personales de los mismos, donde sin duda los más perjudicados son una vez más aquellos a los que se les dijo que venían a cambiarles la historia.

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*El autor es Licenciado en Comunicación Social (Universidad Austral).

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