Para disfrutar de los días de temperaturas elevadas pero evitando agotamientos, golpes de calor y consecuencias no deseadas de la exposición al sol, hay que tomar ciertas precauciones.
Evitar
– Bebidas con alcohol, ya que aumentan la temperatura y la pérdida de líquidos incrementando el peligro de deshidratación.
– Comidas pesadas (ricas en grasas saturadas y sodio) o copiosas.
– Moderar el consumo de bebidas con cafeína y azúcares porque, aunque en menor medida que las que tiene alcohol, generan mayor pedida de líquidos.
– Líquidos a temperaturas extremas: muy fríos o muy calientes.
Cuidados especiales
Dado que los niños pequeños y las personas mayores son las más vulnerables frente al exceso de calor, es conveniente:
– No esperar a que pidan agua. Ofrecer continuamente líquidos, especialmente jugos naturales.
– Ofrecer el pecho de manera más frecuente a los lactantes.
– Usar ropa holgada, liviana, de algodón y colores claros.
– Desvestir a los bebés y niños pequeños para que permanezcan más frescos y a la sombra.
– Mantenerlos frescos: bañar y mojar el cuerpo o la cabeza de niños y personas mayores con frecuencia.
– Evitar ejercicios físicos intensos.
– No exponerlos al sol del mediodía o protegerlos de sus efectos si no se puede evitar la exposición con el uso de ropa adecuada (sombreros, gorras, ropa de manga larga) y protector solar de factor alto.
– Refrescarles la cabeza y las extremidades con agua no muy fría.
– Mantenerlos en lugares bien ventilados o con aire acondicionado.
– Nunca dejarlos dentro de un vehículo estacionado y cerrado.
Fuente: Web Dr. Cormillot