El café es la bebida más consumida del mundo, pero puede que a veces se cometan ciertos errores que hacen que no se disfrute como se debe. Tomá nota de algunos de ellos:
No molerlo en casa
Igual de importante que comprar uno bueno es molerlo al momento. Hay que comprarlo en grano, porque conserva mucho mejor el sabor y el aroma y comprarte un molinillo manual o eléctrico. Olvidate de moler todo el paquete de una vez para guardarlo en el armario hasta la próxima ocasión y evitá comprarlo ya molido.
Guardarlo en el armario
Si sos de los que prefiere comprarlo molido o moler de más y guardarlo, es importante conservar el restante en la heladera en un envase hermético, según señalan los baristas consultados. El motivo es que a temperaturas altas la oxidación es mayor, y en la cocina suele haber muchas fuentes de calor.
Hervir el agua con el filtro
El error más común es querer hacerlo todo de una vez. Los expertos recomiendan cumplir varios pasos: primero llenar el depósito de agua hasta la válvula, ponerlo al fuego sin el filtro y sin la mitad de arriba de la cafetera. Cuando el agua empiece a burbujear, debemos apartarla del fuego. Solo en ese momento pondremos el filtro y lo llenamos de café hasta el borde. Después tenemos que dejar la parte de arriba de la cafetera y dejar la tapa abierta hasta que empiece a salir café, según recomiendan.
No dejar la tapa abierta
Para tener una mayor experiencia y aroma, los expertos insisten en dejar la tapa abierta, muy pendientes de que no se desborde. Si lo hacés con fuego alto y la tapa cerrada, el agua sube con más rapidez y está menos tiempo en contacto con el café disminuyendo el sabor.
Creer que las cápsulas son el “sumum”
No es una mala opción en cuanto a a sabor y practicidad, pero tiene un gran ‘pero’ y es que la cápsula sale más cara comparativamente. Lo importante es informarse, sea de la marca que sea, comprobar el porcentaje de arábica, el origen, así como que haya sido sometido a procesos naturales.
Tomarlo demasiado caliente o con hielo
Un café con hielos es la opción habitual, sobre todo después de comer y cuando hace un día caluroso. Pero no es el mejor modo de disfrutar plenamente del aroma y el sabor, que los pierde mucho a bajas temperaturas, según expertos. Tampoco es recomendable pedirlo “caliente” en una cafetería, y que lo pongan de manera que no podés ni agarrar la taza. De la cafetera exprés sale a unos 65, y en la taza se queda a 55. Si lo tomás frío pierde los aromas que salen entre 40 y 60 grados.
¿Azúcar o leche?
En España está muy extendido el café torrefacto. Es un proceso de tueste en el que en la parte final incluyen azúcar a 180 grados, se carameliza y se quema. No es un producto saludable y se oxida rápido. Por usar materia prima más barata, se genera un peor sabor y cuerpo, por lo que queda denso y amargo. Por otro lado, agregarle leche es una forma de prepararlo, tan respetable como cualquier otra, y además es muy agradable tomarlo así por las mañanas, pero los expertos aseguran que también mitiga las propiedades del café.
Fuente: 65 y más