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Messi depositó en Lisboa a un Barcelona que no jugó para ser candidato

El astro argentino fue la figura de un equipo que volvió a mostrar carencias futbolísticas. Un golazo suyo, uno de Lenglet y otro de Suárez de penal, decretaron el 3-1 ante Nápoli

Por: Santiago Caruso (@Santiago_Caruso)

Barcelona derrotó 3-1 al Nápoli en el Camp Nou por la vuelta de los octavos de final de Champions League y consiguió la última plaza de cara a la siguiente instancia. Con los ocho mejores equipos ya definidos, el rendimiento que mostró el conjunto dirigido por Quique Setién estuvo lejos de colocarlo como uno de los candidatos al título más allá de un Lionel Messi excepcional que otra vez fue clave para conseguir la victoria.

Ambas alineaciones mostraron un dibujo similar desde el arranque, 4-3-3 con algunas licencias. El plan de los de Genaro Gattuso pareció claro: acumular gente en el costado derecho para luego atacar el espacio libre del sector izquierdo y que Lorenzo Insigne quede mano a mano con Nelson Semedo y consiga desequilibrar. Así, los italianos inquietaron a los locales a los pocos minutos de juego.

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Sin embargo la apertura del marcador llegó temprano. Los catalanes utilizaron su fórmula habitual y tras un centro atrás de Jordi Alba que bien dejó pasar Luis Suárez al abrir las piernas, Messi remató sobre la humanidad de Kalidou Koulibaly y la pelota se marchó al córner. De ahí llegó un cabezazo implacable de Clement Lenglet que puso el 1-0. Si bien algunos reclamaron una infracción en ataque, el contacto no resultó tal.

A partir de allí, el capitán argentino comenzó a meterse en partido y dejó de manifiesto su espíritu insaciable una vez más. Fiel reflejo de ello fue una jugada individual que protagonizó, en la que cayó al suelo, luchó el balón, se levantó y antes de caerse de nuevo sacó un zurdazo que se clavó junto al palo más lejano del David Ospina. Con 22 minutos de la etapa inicial, el resultado estaba 2-0.

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Pocos minutos más tarde, el 10 volvió a hacer de las suyas. Recibió un centro de Frankie De Jong con tres dedos, dominó con el pecho en la puerta del área chica y definió de manera sutil por encima del arquero colombiano. Un verdadero golazo que el VAR anuló de manera insólita por una supuesta mano que las repeticiones no llegaron a percibir. El gesto técnico del holandés en la asistencia significó un síntoma de su valía para el equipo.

Indignación: el insólito golazo que el VAR le anuló a Messi

Enchufado y en una de sus clásicas versiones, Messi fue por más. Buscó anticipar un despeje de Koulibaly que terminó usando la pierna del astro de pelota. Los dos cayeron al suelo con importante dolor a raíz del contacto. El árbitro turco Cüneyt Çakır decidió parar el juego y tras revisar el VAR decretó penal a favor del culé. Messi, dolorido, le cedió la ejecución a Suárez que anotó el 3-0 a los 45 minutos.

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Pese a que el resultado no reflejó el desarrollo hasta ese momento, Nápoli reaccionó y encontró el descuento. Ivan Rakitic llegó a destiempo -como casi todo el partido- y cometió penal. Insigne, capitán del cuadro visitante, lo cambió por gol antes del entretiempo.

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En la segunda mitad se vio una contundente tendencia a favor de los napolitanos, que buscaron por diferentes vías hacer peligro sobre el arco defendido por Ter Stegen. Más allá de las intenciones, el campeón de la Copa Italia no estuvo para nada fino en la definición y logró conseguir algo mejor que remates en los postes.

Lo único destacado del complemento fue el debut de Monchu, jugador de 20 años surgido de la Masía que vio minutos tras ingresar en reemplazo de Antoine Griezmann. Barcelona presentó un banco de suplentes carente de nombres rutilantes debido a las ausencias por sanción de Sergio Busquets y Arturo Vidal, que estarán a disposición de cara a los cuartos de final contra Bayern Munich.

Video | “No seamos pelotudos”: la fuerte arenga de Messi en el túnel

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