La fibra dietética y los minerales presentes en la avena ayudan a evitar el riesgo de numerosas afecciones peligrosas como enfermedades cardíacas, diabetes y obesidad. Además, puede ser beneficiosa para cubrir ciertas necesidades de la piel y el cabello.
Puede absorber el exceso de grasa y ayudar a tratar el acné. Sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias sirven a tratar el cutis seco y eliminar células muertas. Contiene compuestos llamados saponinas, que son limpiadores naturales. Exfolian, quitan la suciedad y el aceite que obstruyen los poros.
Piel seca
Puede eliminar las células muertas, y actuar como un humectante natural. Sus propiedades antiinflamatorias ayudan a mantener la piel exfoliada. El pH leve de la avena puede ayudar a restaurar el cutis inflamado, debido a una erupción cutánea o infección, volviendo la piel seca.
Incluso un baño de avena puede ayudar. Espolvoreá el agua de tu baño con bicarbonato de sodio y avena cruda o molida, hecha específicamente para la bañera. Sumergite en el agua del baño durante unos 15 minutos y luego secate. Aplicá crema hidratante mientras tu piel está húmeda.
Hidratar
El beta glucano que contiene forma una película en tu piel. Le ofrece humedad al penetrar profundamente y la deja hidratada y suave. Mezclá dos tazas de avena con una taza de leche y una cucharada de miel. Aplicar sobre la piel y dejar actuar durante unos 15 minutos. Enjuagá con agua fría.
Tratar la caída del cabello
Sus propiedades ayudan a tratar la caspa y a prevenir la caída del cabello. Para hacer una mascarilla necesitás: una cucharada de avena, leche fresca y leche de almendras.
Mezclá todos los ingredientes para formar una pasta suave. Asegurate de que tu cabello esté libre de enredos. Aplicá suavemente sobre tu pelo y dejalo actuar durante unos 20 minutos. Enjuagá con agua tibia. Esta máscara fortalece los folículos capilares y tu cabello.
También es rica en ácidos grasos omega-6 que ayudan a reparar el cabello dañado. Contiene grandes concentraciones de minerales como hierro, magnesio, fósforo, zinc, cobre, manganeso y selenio.
Fuente: Nosotras