Por las mañanas hace frío, por las tardes calor, de pronto llueve, el viento, la contaminación… estos cambios pueden traer consecuencias en tu cutis. Protegela con estos consejos:
Dieta sana, piel hidratada
Los cambios de temperatura provocan que tu piel se reseque. Además de aplicar tu crema, llevá una alimentación balanceada que ayude a mejorar la salud de tu piel desde adentro. Lo que no puede faltar es pescado, huevos y cereales, cítricos como naranja y pomelo, manzana, pepino, kiwi y sandía.
También podés optar por snacks sanos y ricos en ácidos grasos esenciales, los cuales ayudan a tu piel a mantenerse hidratada, como el salmón y la linaza con altos niveles de Omega-3, o las nueces y el pollo con mucho Omega-6.
Elegí entre cremas ligeras y espesas
A mayor humedad en el ambiente necesitarás una crema más suave con sensación ligera. En temperaturas bajas usá una más espesa y para la zona de los ojos utilizá una fórmula con ácido hialurónico.
Protector solar
Ayuda a prevenir que los rayos ultravioletas (UV) dañen tu piel, causantes de las arrugas, la pérdida de la elasticidad y otros efectos.
Inclusive, aunque esté nublado, deberás utilizarlo, pues algunos de estos rayos penetran igual. Lo recomendable es usar uno con Factor de Protección Solar (FPS) de 50+.
Cuidado con los baños calientes
El agua caliente puede afectar los lípidos de tu piel, que son esenciales para una protección saludable. Una ducha tibia es más que efectiva.
Fuente: Cosmopolitan