Cuando se tiene ansiedad elevada provocada por un examen, días o semanas antes la persona no puede estudiar, duerme con dificultad, llora incontroladamente y tiene bajo rendimiento académico, entre otras manifestaciones.
La ansiedad no tiene edad; de hecho, hay niños de 8 años que empiezan a tener problemas de este tipo por ser perfeccionistas o porque en su casa o escuela el nivel de exigencia es muy elevado.
Existen tres tipos de ansiedad: la fisiológica, que se traduce en dificultad de respirar, palpitaciones, mareos, náuseas, diarreas, micciones y vómitos ; la motora, cuyos síntomas son temblor de voz, repeticiones, tics y temblores, y la cognitiva, que se manifiesta con una preocupación excesiva y pensamientos e imágenes negativos e incontrolables, como, por ejemplo, pensar que no va a aprobar o no va a obtener buenas calificaciones.
Consejos
Para el antes, se recomienda encontrar el sitio adecuado para repasar, no tomar fármacos ni bebidas energéticas en exceso, dormir un mínimo de siete horas y no ponerse en contacto con amigos que estén muy nerviosos.
El día de rendir ir sin prisas y nunca con el estómago vacío. Evitar el último repaso a fondo y no comentar el temario con los compañeros. Si notan que están tensos, practicar las técnicas de relajación, la de Jacobson es la más utilizada (realizar tensión y relajación de cierto grupo de músculos del cuerpo).
Cuando se tienen las preguntas delante, es bueno leerlas todas y empezar por las que mejor sepan, intentar controlar el tiempo en todo momento y dejar unos minutos para repasar. Y, una vez más, si se ponen nerviosos, realizar las técnicas de parada de relajación y pensamiento negativo.
Este última se basa en centrarse solamente en el examen y tratar de que la idea negativa pase a un segundo plano para, así, poder continua.
Fuente: Cuidate plus