Sin piedad. Pablo Pérez volvió al Estadio Monumental, ahora como jugador de Independiente, luego de lo que fue la final de la Copa Libertadores en la que River Plate le ganó a Boca Juniors en Madrid, España.
El histórico partido se debía jugar en el Antonio Vespucio Liberti, pero un grupo de simpatizantes riverplatenses arrojaron piedras al micro del Xeneize cuando se acercaba a la cancha, y lesionaron en el ojo a Pérez. Por ello, el encuentro fue postergado y trasladado al viejo continente.
“No voy a jugar en una cancha donde puedo llegar a morir”, había manifestado el por entonces hombre boquense. Obligado, tuvo que regresar con su nuevo club por la Superliga. Los fanáticos de la Banda, ni lerdos ni perezosos, lo recibieron con parches en sus ojos y un cántico que rezaba “ponete el parche, la p*ta que te parió”.
— La Página Millonaria (@RiverLPM) 17 de marzo de 2019