A un día de la esperada final en el Santiago Bernabéu, Boca Juniors no se rinde y busca que le den por ganada la Copa Libertadores, amparados en las agresiones que sufrieron el sábado 24 de noviembre. Con el segundo revés de la CONMEBOL, la institución ya comenzó la gestión para su última bala de plata en las cortes internacionales.
Esa bala es el TAS, el tribunal que rige los fallos a nivel mundial. El Xeneize recibió en las últimas horas la desestimación de la Cámara de Apelaciones de la Confederación Sudamericana de Fútbol.
Boca pide la descalificación de River, tal y como la sufrió en el 2015 por el hecho del gas pimienta en los octavos de final de la Copa Libertadores. El argumento es que hace tres años se decretó una multa de 200.000 dólares y la derrota por 3-0 del club sancionado. El castigo deportivo para el Millonario debe ser al menos análogo.
El recurso que presentó la institución a CONMEBOL tiene una diferencia con el del TAS: descartar la solicitud de la suspensión cautelar del encuentro de Madrid, España. El partido del domingo en la Casa Blanca se jugará sí o sí.
Los pasos burocráticos del Tribunal Deportivo de Lausana son similares a los de cualquier otro. Con presentaciones, notificaciones y defensas, el caso se demorará más de dos meses.