Muchos de los productos que vemos en la sección de frutas y verduras en el supermercado son vistosos pero no son tan naturales como parecen, sino que se trata de alimentos transgénicos.
Estos son organismos que poseen en su composición uno o varios genes diferentes de los que se les atribuyen en un principio. Mediante técnicas de biotecnología, se pueden utilizar genes extraídos de seres vivos, modificados en laboratorios y reintroducidos en el mismo u otro organismo.
Técnicamente se conocen como Organismos Modificados Genéticamente (OMG) y su objetivo es dotar a estos organismos de cualidades especiales de las que carecerían. Así, las plantas transgénicas pueden sobrevivir a plagas, aguantar mejor las sequías, o resistir el efecto de algunos herbicidas.
En los Estados Unidos, China y Canadá cultivan el maíz, soja y patatas transgénicas, mientras que Austria, Grecia y Hungría se declararon libres de los OGM. Pero, ¿cómo darnos cuenta?
1. Estudiá la etiqueta
Los productos naturales son marcados de una manera especial. Buscá notas “100% orgánico“, ”Orgánico“ o “Made with organic ingredients” (”Hecho con ingredientes orgánicos“). Estas garantizan que el alimento no tiene componentes genéticamente modificados.
OGM: Los organismos genéticamente modificados (plantas, animales, microorganismos) a los cuales les fueron implantados los genes de otros organismos.
Presta atención a las frases ”Sin OGM“, “Non-GMO” y “Made without genetically modified ingredients“ (“Hecho sin ingredientes genéticamente modificados”). Estos alimentos pueden contener GMO, pero no más del 0.9%.
En los Estados Unidos, las frutas y verduras se marcan con un código PLU de 5 cifras en la etiqueta. El código de los alimentos transgénicos empieza con 8.
Los alimentos OGM pueden provocar reacciones alérgicas. Por ejemplo, si tenés alergia a las almendras y te comiste un producto que contenía genes de este fruto seco, te darás cuenta.
2. Prestá atención al aspecto del alimento
Los alimentos genéticamente modificados lucen impecables: tienen una forma perfecta, el tamaño idéntico y no se dañan durante mucho tiempo, ya que los nuevos genes les permiten ser resistentes a los factores exteriores. Por ejemplo, el gen de la bacteria Bacillus thuringiensis, agregado a las plantas GM, produce una toxina que envenena a los insectos. Si los vegetales están dañados por insectos, lo más probable es que sea un producto natural.
3. Recordá lo siguiente:
El 78% de soja, 33% de maíz, 64% de aldogón y 24% de colza en el mundo son transgénicos. Estos alimentos tienen mejor resistencia a los insectos nocivos, herbicidas, hongos y virus. Saben mejor, crecen más rápido que los alimentos tradicionales.
Se agregan en alimentos como:
- Embutidos.
- Productos lácteos y queso.
- Alimentos precocidos y mezclas de harina.
- Desayunos secos, avena rápida.
- Pan y horneados.
- Bebidas dulces.
- Mantequilla de maní y aceite de algodón.
- Mayonesa.
- Jarabe de chocolate.
Fuente: La bioguía