El esposo de Lourdes Espíndola, la oficial de la Policía Bonaerense baleada por dos motochorros mientras esperaba el colectivo en Ituzaingó, les dijo una estremecedora frase a los delincuentes.
“Al delincuente que seguramente me está mirando le digo, arrepentite cabezón. Vení y hablá conmigo. Contáme cómo fue y que Dios te perdone, papá. Te llevaste mi angelito, que Dios te perdone”, dijo Fernando Altamirano.
El hombre, también policía, aclaró que van a despedir a Lourdes “como se merece, con todos los honores”. “¿Tres horas de viaje todos los días para ir a trabajar y terminar así?”, dijo entre lágrimas.
“A partir de hoy, voy a luchar por toda la seguridad y policías del país. Para que tengan un buen sueldo y no nos pase más esto. Voy a pelear para que no haya ningún ciudadano ni policía menos”, concluyó Altamirano.
Lourdes tenía 25 años y era madre de un nene de 6 años. Salió de su trabajo en la estación peaje Quintana en la localidad bonaerense de Ituzaingó y se dirigió a la parada de colectivos. Allí dos motochorros le efectuaron un disparo que ingresó por el esternón, le perforó un pulmón y le dañó la carótida. Buscaban robarle el arma reglamentaria.