Asociamos la pérdida de peso con hacer ejercicio, pero lo cierto es que comer sano y evitar ciertas comidas te puede ayudar a perder algunos kilos.
- Cortá con las gaseosas con azúcar. Ya te lo han dicho hasta el cansancio, pero aquí va una vez más: evitar las bebidas azucaradas es el único modo de dejar de ingresar calorías vacías que no te dejen con sensación de saciedad y te harán sentir hambre otra vez en pocas horas. por otra parte, el azúcar actúa especialmente bien sobre el hígado para producir grasa abdominal.
- No te concentres en contar calorías. Lo mejor es prestar atención a la calidad de la comida. El conteo de calorías es un ente inestable y caprichoso que depende demasiado de las hormonas y el metabolismo para que sea una categoría fiable.
- Volvé a los básicos. El mensaje es simple: Una dieta saludable y un nivel de actividad física de moderado a fuerte. El reto es cómo conseguirlo en un sistema organizado para hacer justo lo contrario.
- Sé realista y ajusta tus objetivos de peso. Para motivarse y mejorar la salud hay que alcanzar una cifra que muchos nutricionistas llaman “el peso de la felicidad”, algo entre el ideal poco realista y tu peso actual. Una pérdida de eso que se pueda conseguir en la realidad.
- Comprometete con el cambio. Necesitás mentalizarte para conseguir cambios de estilo de vida a largo plazo, quizás permanentes. Hay muchas dietas y tratamientos que consiguen una pérdida de peso a corto plazo sin un gran esfuerzo pero no consiguen mantener por mucho tiempo el nuevo peso. Hay que comprometerse con esa nueva persona que eres tú con varios kilos menos.
- Comé bien, comida que disfrutes y que esté buena. Necesitás una dieta que no te deje hambrienta y que te apetezca comer porque está deliciosa. Es la única manera de mantener el régimen durante mucho tiempo. El hambre erosiona a la fuerza de voluntad, y aquí se trata de una carrera contra el tiempo, así que es mejor ser menos estricta y más realista y no castigarte demasiado con la comida.
- Buscá apoyo. Rodeate de gente que crea en vos y que no boicotee tus buenos propósitos con burlas o con grandes cenas que te pongan en una situación comprometida. Gente positiva que te ayude con tus objetivos de perder peso.
- Educate y leé de nutrición. Si aprendés no importa cuán tóxico sea tu entorno, o lo mal que coman tus amigos. Hasta que ellos cambien, vos serás capaz de hacer tus propias elecciones nutricionales y mantenerte alejada de los dulces, las gaseosas y todas las calorías vacías.
- Controlá las porciones. En realidad podés comer casi lo que quieras siempre que no sea demasiado. Por ejemplo, en la cena comé en un plato pequeño y comerás la mitad que si lo hacés en una plato más grande.