Diego, de 43 años, fue a la sucursal del banco Superville de la calle 12 y 55 antes de ir a su trabajo y se quedó encerrado.
Según informa el diario local El Día, tiempo después llegaron oficiales de la Policía Local que se comprometieron a comunicarse con el banco y los bomberos.
Además, revelaron que si nadie de la entidad asistía para abrir la puerta, la derribarían.
“Tuve que llamar al trabajo y avisar, explicar por lo que estoy pasando”, comentó según informa El Día.
El mal momento terminó una hora después, a las 9 de la mañana, cuando un representante del banco acudió a abrir la puerta del cajero automático.