La Comisión Nacional de Mercado y Competencia (CNMC) española, el organismo que regula los mercados de telecomunicaciones dio algunas recomendaciones para evitar que terceros usen nuestro WI-FI.
Una primera pista para entender que están utilizando nuestra señal es empezar a tener una conexión de Internet más lenta que de costumbre. Otra situación posible es que, tras apagar todos los dispositivos inalámbricos de casa, la luz del router destinada al WI-FI (identificada como WLAN) parpadea.
Para confirmar la intrusión, se aconseja instalar en una computadora o un teléfono un programa que indique los dispositivos conectados a la red. Para “smartphones” con Android se recomienda Fing, Network Discovery, Net Scan; y para el iPhone están las aplicaciones Fing, IP Network Scanner, iNet.
Por lo tanto, se recomienda cambiar la contraseña por defecto del WI-FI y elegir una larga de 8 caracteres o más y que combine letras (mayúsculas y minúsculas) con números y símbolos. También signar las direcciones IP manualmente, es decir, desactivar esta asignación automática (llamada DHCP).
Hacer invisible el WI-FI o cambiar el nombre. Esta operación consiste en poner a la conexión otro nombre distinto del original (puede facilitar pistas sobre el operador y así es más fácil descubrir la contraseña) y además que no informe de su presencia cuando alguien busque redes inalámbrica.