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Gracias por estar

Argentina perdió su tercer final consecutiva solo porque esta camada de jugadores arribó a tres finales consecutivas. Messi y sus amigos nos devolvieron el derecho a estar

Y un mal día, a la tercera final consecutiva perdida, nos olvidamos de que nos hemos ganado el derecho a estar. Nos olvidamos que esta camada de jugadores nos devolvió ese derecho a estar. No era su deber, pero lo hicieron. Jugar tres finales consecutivas no es para cualquiera pero este grupo sorteó los obstáculos en el camino y por tercera vez en tres años volvió al podio.

Messi y sus amigos nos devolvieron esa inmensurable alegría de volver a jugar finales. Esa inexplicable sensación de jugar por la copa. Ese sentimiento inigualable de estar a 90 minutos de la gloria. Brasil 2014, Chile 2015 y Estados Unidos 2016 no solo no fueron fracasos sino que fueron éxitos. Estar entre los dos mejores seleccionados del mundo y de América, dos veces consecutivas, es el mayor logro de esta camada. No hubo premio mayor. No hubo copa. Solo medallas. Cómo si eso fuera poco.

Argentina volvió al lugar en donde merece estar siempre, en las finales. Ese fue el mayor logro de esta exitosa camada de jugadores encabezada por Messi y Mascherano, quienes lideraron un proyecto cuyo único déficit fue no alzar un trofeo. Esta fue la década ganada de nuestra selección. En un clima de caos total burocrático promovido por la espantosa dirigencia de la AFA, estos futbolistas lograron sobreponerse a los problemas para seguir siempre en la elite. Tal vez haya quienes crean que es más conveniente volver a los 90, donde los mundiales veían a Argentina en el décimo o en el sexto puesto. O porqué no a los inicios de los 2000, donde ser sextos, como en 2006, o quintos, como en 2010, nos hubiese ahorrado la discusión de criticar al mejor jugador de todos los tiempos. Volvimos a estar. Volvimos a ser.

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Es cierto que esta camada, que nos devolvió a la primera plana, tiene también una cuenta pendiente con las instancias finales. Decir que en las tres últimas no convirtió ni un solo gol es una radiografía del problema. Pero esa es la cuestión. El foco del conflicto ha dejado de ser que Argentina no llega a las finales para ser que Argentina no convierte en las finales. Las estadísticas se nos seguirán riendo en la cara para decir que hace 16 partidos de Copa América Argentina no pierde en tiempo regular o que pese a que jugaron 7 finales en los últimos 23 años, Argentina no se consagró campeón en ninguna.

Pero volvimos. Y eso es un mérito exclusivo de este plantel. Argentina volvió al podio, volvió a colgarse medallas y a estar entre los mejores. Por eso, gracias. Gracias Messi. Gracias Argentina. Nos devolvieron el derecho a estar, por tercer año consecutivo. Gracias por estar.

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