Cuando todo parecía que Serena Williams alcanzaría su Grand Slam número 22, la alemana Angelique Kerber se consagró en el Abierto de Australia tras vencer a la estadounidense por 6-4, 3-6 y 6-4 en la ciudad de Melbourne. De esta forma, evitó que la número uno del mundo iguale el récord que ostenta Steffi Graf.
La final duró 2 horas y 8 minutos, en los cuales Kerber pudo controlar la presión, y no así Serena, a quien los nervios le jugaron una mala pasada a lo largo del partido. Desde 1999 que una alemana no se consagraba en un Grand Slam, la última había sido Graf en Roland Garros.