El microondas llegó para salvar los veranos en los que se nos hace tan duro prender el horno sólo para recalentar, apurar los procesos de las comidas, y hasta (para algunos aventureros) cocinar con recetas especialmente diseñadas para las ondas electromagnéticas del poderoso aparatito.
Sin embargo, es conveniente dejar algunos alimentos fuera de la larga lista de cosas que calentamos con este electrodoméstico, porque esas mismas ondas alteran sus propiedades y su gusto. ¿Cuáles son? Mirá:
Apio, espinaca o remolacha
Los nitratos de estas verduras se pueden transformar en tóxicos, al exponerlos al calor. Liberan propiedades carcinógenas cuando son calentadas por segunda vez.
Hongos
Los hongos se deben comer enseguida después de cocinados, ya que sus proteínas pueden deteriorarse pronto y generar inconvenientes en tu sistema digestivo.
Huevos
Recalentar huevos luego que fueron hervidos o revueltos puede ser tóxico. Tu estómago no te va a agradecer esa decisión.
Papas
Si dejás que se enfríe a temperatura ambiente y no en la heladera, las temperaturas cálidas pueden promover el crecimiento de botulismo, una rara bacteria.
Arroz
También, la forma de guardarlo es crucial. El arroz crudo puede contener esporas de bacterias que pueden causar intoxicación: el problema es que al cocinar el arroz, las esporas pueden sobrevivir, y -de nuevo- si el arroz se deja reposar a temperatura ambiente, las esporas se multiplican y pueden terminar en vómitos o diarrea.
Pollo
La composición de la proteína cambia realmente cuando el pollo frío se calienta por segunda vez. Si prefieres recalentar la carne blanca aseguráte de que está bien cocida en su interior.