Jorge Ortega jugó este año en Sportivo Luqueño de Paraguay y sufrió un curioso malentendido: se enteró que existe un contrato con su firma que lo compromete a seguir jugando para el club guaraní hasta el 31 de diciembre de 2016, cuando negociaba una transferencia a Botafogo de Brasil.
El delantero acusó a su representante Francisco Ocampo de engañarlo, porque habría firmado papeles en blanco y ni siquiera Sportivo Luqueño tenía conocimiento de ese documento.
“Tengo que poner sesenta mil dólares para rescindir el contrato”, dijo el jugador a la emisora AM970, agregando que recurrió a la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF) para obtener más información: “Ahí me dicen que soy jugador libre”.
“Me duele lo que me hizo este señor. Confiaba mucho en él, le dí de todo de mi parte y gracias a él pasé una malísima navidad incluso”, afirmó el jugador.