La megalópolis de San Pablo fue un caso de estudio de crecimiento desordenado. La mayoría de la clase media se retiró a barrios cerrados. Pero ahora, un movimiento liderado por el alcalde de izquierda de la ciudad, Fernando Haddad, está logrando enfrentar la supremacía del automóvil.
[pullquote position=”right”]Una revolución para poner fin a los embotellamientos de San Pablo[/pullquote]
Haddad, un académico de 52 años con un doctorado en filosofía, emprendió un ambicioso plan para agilizar el congestionado tránsito paulista.
Para eso, se inspiró en políticas implementadas en Nueva York, Bogotá, París y otras grandes grandes ciudades.
El alcalde se ha embarcado de esta forma en la construcción de cientos de kilómetros de ciclovías y carriles exclusivos para que los colectivos superen la movilidad de los autos.
También se están ensanchando las veredas, se redujo la velocidad máxima permitida, limitó el estacionamiento en lugares públicos y hasta prohibió por completo el tránsito de autos en importantes avenidas de la ciudad.