Mauricio Oliver, salió de su casa el 6 de junio de 2014 para tomarse un tren a las 11 de la noche. A pesar de que su madre le advirtió que era peligroso, el joven de 20 años guardó 50 pesos en el bolsillo, agarró su DNI y salió de su casa en la localidad de Adolfo Sourdeaux, partido bonaerense de Malvinas Argentinas, para ir a la casa de unas amigas. Nunca llegó.
Desde entonces, su familia lo buscaba desesperadamente, y en vano. Mauricio estaba enterrado como NN en un cementerio de Benavídez. El joven había muerto en un accidente ferroviario mientras viajaba en el tren Belgrano Norte, y su familia se enteró recién este jueves.
[pullquote position=”right”]Lo buscaron durante 13 meses, y estaba enterrado como NN[/pullquote]
Noelia, su hermana, fue quien siguió la búsqueda de cerca, pero según dijo a Clarín “el fiscal hizo todo mal”. Nunca pidió las cámaras de seguridad del ferrocarril, lo que impidió que se supiera son seguridad si el joven había subido o bajado de ese tren. Tampoco pidió el cotejo de huellas dactilares con los registros de personas NN de morgues, hospitales y cementerios.
El cuerpo de Mauricio apareció luego de que la abogada de la familia pidiera que se informara de la situación al partido judicial vecino (el de San Isidro). “Cuando informamos que buscábamos a un NN con tatuajes en la clavícula y los hombros se dieron cuenta que estaba enterrado hacía más de un año”, explicó. El accidente en el que murió Oliver había ocurrido a sólo dos estaciones de tren de donde vivía.