Entre el jueves y el sábado, los conductores no cobraron boleto a los usuarios para repudiar el despido de un trabajador.
Entonces, la empresa de transportes Monsa, que opera la línea, impidió sacar las unidades de las terminales y, desde el sábado a la tarde, no hay servicio para los más de 200 mil pasajeros que lo utilizan diariamente.
Según los trabajadores, se trata de un lock out patronal y no de un paro de actividades.