El tuit de Lubertino que abre una grieta en el kirchnerismo

Todo empezó con un tuit. Desde la Costa argentina, la ex legisladora kirchnerista por la Ciudad María José Lubertino aseguró que no se tomaría vacaciones en el caso de ser elegida como jefa de Gobierno porteña.

Al principio, la publicación llamó la atención por la contradicción que representó su promesa electoral frente a su actual estadía en Ostende, ubicado a pocos kilómetros de Pinamar. Sin embargo, el hashtag #LuberJefaDeGobierno2015, que ella misma se encargó de promocionar desde su cuenta de Twitter, no pasó desapercibido al interior del kirchnerismo, que había señalado a la legisladora Gabriela Cerruti como la elegida para dar pelea al macrismo en la Ciudad. [pullquote position=”right”]El tuit de Lubertino que abre una grieta en el kirchnerismo[/pullquote]

Lubertino se encargó también de dar a conocer el apoyo de sus seguidores a su sorpresiva candidatura, al retuitear los comentarios elogiosos.

Por el otro andarivel corre Gabriela Cerruti, quien le lleva unos meses de ventaja construyendo su candidatura, y quien cuenta con el apoyo del titular del Afsca, Martín Sabbatella, padre político de la legisladora por Nueva Encuentro.

Como no podía ser de otra manera en días en los que Twitter ocupa un papel principal en el día a día de políticos y votantes, sus intenciones de convertirse en jefa de Gobierno también se vieron reflejados en un hashtag que, al igual que Lubertino, fue lanzado desde su propia cuenta. En su reducida biografía puede leerse un claro mensaje convocante para conducir la Ciudad: “Hagamos un trato: comprometámonos a ser el día que lleguemos al gobierno de la Ciudad, lo mismo que somos hoy, y que fuimos siempre. #amobuenosaires #gabi2015”.

Aún falta más de un año para las elecciones porteñas, pero en el kirchnerismo dos nombres ya comenzaron la carrera, a la que también podrían sumarse nuevos contrincantes en los próximos meses. ¿Imitarán a Lubertino y Cerruti y elegirán la vidriera política de Twitter para lanzarse? A estar atentos.

Por Matías Ferrari