La Cumbre de Presidentes del Mercosur alteró la rutina de la tranquila capital entrerriana de Paraná, que se prepara para recibir a los mandatarios de la región con sus calles decoradas con banderas Argentina, carteles de bienvenida a los jefes y jefas de Estado y fuertes medidas de seguridad.
La restricción en la circulación y el cambio de recorrido de los colectivos por las calles que rodean a La Vieja Usina y la Escuela del Centenario -las dos sedes de la Cumbre- afectó la cotidianeidad de los vecinos de la ciudad del Litoral, que lo único que no modificaron fue la hora de la siesta.
La cara de la ciudad también cambió con la puesta en valor de distintos edificios históricos, además del reacondicionamiento de las plazas principales y de la Costanera del Paraná, que lucen con sus bancos y espacios verdes renovados.
Sin embargo, lo que más impacta en la ciudad es la masiva presencia de policías y de patrulleros de distintas fuerzas, que custodian fuertemente armados las apacibles calles de Paraná.