La Selección de Sudáfrica de rugby enfrentaba a Gales en un amistoso cuando su capitán, Jean De Villiers, sufrió una terrible lesión en el segundo tiempo y debió salir en camilla, con oxígeno.
La lesión ocurrió luego de que su pierna izquierda quedara trabada contra el piso y su rodilla girara de manera forzada. Instantáneamente se escuchó el grito de dolor del jugador, que hizo presumir que algo grave le sucedía.
El médico de los Springboks, luego, explicó: “Los exámenes revelaron un daño significativo en el ligamento interno de su rodilla, y en los músculos que lo soportan”.