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Salud

Cómo el cerebro ayuda a ahorrar cuando los precios suben

Cómo actúa nuestra cabeza ante la inflación

En la toma de decisiones intervienen distintas partes del cerebro que trabajan juntas para llegar a una conclusión. Por lo general, las decisiones de compra se toman bien a partir de un sistema de valoración o de un sistema de elección.

En el de valoración participan el córtex prefrontal ventromedial (que procesa las nociones de riesgo y miedo) y el sistema de recompensa del cerebro anterior basal. Este sistema clasifica las opciones en función de su valor percibido y su posible recompensa.

El sistema de valoración empuja hacia la opción que dará la mejor y más inmediata recompensa. En este caso, el ahorro de dinero. En el de elección actúan la corteza prefrontal dorsolateral que, en términos generales, se ocupa del razonamiento, la memoria y la toma de decisiones; la corteza cingulada anterior dorsal y las regiones parietales.

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En el supermercado, ante la incertidumbre de comprar algo que te gusta pero es caro, el córtex prefrontal se vuelve cada vez más activo e inhibe las decisiones impulsivas, lo que a su vez refuerza una aversión natural a la pérdida. En este caso, a perder dinero.

Mientras tanto, la corteza cingulada anterior dorsal colabora a mejorar la toma de decisiones al retrasar la respuesta para dar tiempo a procesar alternativas, como buscar un mismo producto pero más barato. Cuando pensamos en los precios y costos, la biología cerebral tiene formas de asegurarse de buscar una alternativa que nos podamos permitir, o que al menos ofrezca una mejor relación calidad/precio.

La aversión natural al riesgo ayuda a enfrentar a la incertidumbre financiera a elegir el más barato de dos productos similares, en lugar de dejarse convencer por otras cosas. Pagar más se convierte en un riesgo evitable.

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Pero las funciones cerebrales no siempre aciertan y a veces las personas pueden volverse amantes del riesgo ante la posibilidad de pérdidas. Esto se debe, en parte, a que las elevadas respuestas de la dopamina frente al estrés hacen que nos centremos en recompensas inmediatas y potencialmente altas. Por ejemplo, alguien que esté estresado y busca un préstamo podría fácilmente terminar haciendo clic en una oferta que empeorase su situación financiera.

Fuente: Huffpost

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