Para el Ministerio Público Fiscal “hubo una decisión de no controlar nada, en cada etapa, en cada proceso de las licitaciones otorgadas al grupo Báez, miraron para el costado”. Sólo auditaron “gastos vinculados a viáticos mientras frente a sus narices pasaba una manada de elefantes, nos referimos a obras millonarias que nunca controlaron”, agregó la fiscalía.
Uno de los responsables de auditar las obras era la Sigen pero nada de ello ocurrió: “Designaron en el organismo que debía controlar, entre otras cosas, las obras bajo la órbita del Ministerio de Planificación que dirigió Julio De Vido, a su esposa Alessandra Minnicelli: el mensaje fue claro”, dijo el fiscal Mola. Luego, volvió sobre ese planteo y añadió: “El mensaje fue que no se iba a controlar nada y es lo que ocurrió”.
Mola insistió: “Podemos concluir que no existió respecto de estas obras el control correspondiente a pesar de que ese ámbito, el de la obra pública, se trata de un área especialmente riesgosa para la corrupción. Solo se relevaron las rutas nacionales y no las provinciales. No se realizaron controles de calidad de obras, eran auditorias express”.