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El peligro de la guerra que va hacia ninguna parte

Putin imaginaba un escenario de “victoria exprés” que ya quedó atrás. Mientras bombardea y castiga a opositores y periodistas, agita el fantasma de la guerra nuclear pero se estanca en el campo de batalla.

Columna publicada originalmente en Clarín.

Hace un mes que las tropas rusas entraron en Ucrania y los principales analistas internacionales usan el mismo adjetivo para definir el plan de Putin: confuso. ¿Lo que quiere lo expone en las frustradas mesas de negociaciones? ¿Hay algo más?

La mayoría coincide en un Plan A frustrado del presidente ruso, basado en una invasión corta, mostrando despliegue y poder de fuego ante una OTAN vacilante, un avance sobre Kiev mientras bloqueaba las salidas al mar del sur ucraniano -Mariúpol para tapar el Mar de Azov, Odesa para tabicar el Mar Negro- y un imaginario levantamiento del ejército ucraniano en contra de Zelenski para que las tropas rusas desfilasen triunfalmente por Kiev.

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Así caería el presidente ucraniano -a quien Putin llamó sin eufemismos nazi y drogadicto-, y los rusos se retirarían con un gobierno adicto a Moscú -como en la vecina Bielorrusia- con Crimea y el Donbás para el Kremlin.

De ese imaginario, sólo quedan los ataques.

La resistencia sin fisuras del pueblo ucraniano, la lealtad del ejército a su presidente y las ovaciones de pie de los parlamentos británico, estadounidense, canadiense e italiano a Zelenski muestran una realidad muy lejana a los deseos de la victoria exprés.

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El presidente ucraniano a quien Putin imaginó débil, timorato y derrocado por su propio ejército tiene ahora una imagen de líder fuerte, valiente y heroico, valorado en el mundo.

Putin agita el fantasma de una guerra nuclear para tratar de mantener a raya a la OTAN pero la guerra se alarga.

Como están las cosas, los analistas creen que el presidente ruso no podría presionar mucho más sobre Kiev sin buscar una masacre de civiles como en Mariúpol, a un costo internacional indescifrable.

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Para adentro, Putin se endurece aún más.

Este martes, un tribunal ruso le dio 9 años de prisión al principal opositor, Alexei Navalni, condenándolo por fraude y desacato.

Antes de ser detenido y ahora condenado, Navalni había pasado varios meses en Berlín recuperándose de un envenenamiento atribuido a los agentes secretos del propio Putin.

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El dirigente opositor se opone a la invasión a Ucrania y defiende las protestas contra la guerra desde la cárcel, a través de sus redes sociales.

El mismo día fue procesado el primer periodista ruso bajo el cargo de difundir “noticias falsas” de esta guerra. Es Alexandre Nevzorov, acusado por un reporte sobre el bombardeo a una Maternidad de Mariúpol donde murieron una mujer a punto de dar a luz y su bebé.

La noticia era real. Quien la consideró “falsa” fue el ministro de Defensa de Putin.

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La nueva ley de censura rusa tiene penas de hasta 15 años de prisión.

Mientras el presidente estadounidense Joe Biden viaja a Polonia, a las puertas mismas del conflicto, advierte sobre la posibilidad de un ciberataque masivo de Putin a EE.UU.

Esa sofisticada guerra digital -sin embargo- parece contradecir la logística en el campo de batalla que el analista del Washington Post, David Von Drehle, llamó “un ejército ruso atascado en 1970”.

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Los enviados de Clarín a Ucrania nos vienen contando el drama de los refugiados, la espera de los bebés del búnker secreto y la feroz rutina de las bombas. Una alcanzó a Boris Romanchenko, un sobreviviente de los campos de concentración que había esquivado a la muerte de Hitler.

El viernes, un misil ruso arrasó su edificio en Jarkov. Tenía 96 años y era un emblema antinazi. Lo mató Putin.

En medio de la obsesión por los bombardeos que ya no apuntalarán una victoria rápida, este martes hubo una llamativa coincidencia entre el vocero de Putin, Dmitry Peskov, y el vocero del Pentágono, John Kirby. Ambos dijeron que Rusia aún no logró sus objetivos en Ucrania.

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¿Qué sigue, entonces?

Lo sintetizó el titular de la ONU, António Guterres, para quien la guerra “va, rápido, rumbo a ninguna parte”.

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